El Espíritu Santo, es Dios?

Espiritu Santo

La Biblia menciona al Espíritu Santo más de 100 veces en el Antiguo Testamento y más de 200 en el Nuevo. Pero ¿qué o quién es el Espíritu Santo? ¿Es Dios? ¿Es una persona o una energía de Dios? ¿Solo un símbolo que representa a Dios?

Una primera cosa para tener en cuenta es la referencia que hizo Jesús de Él en Juan 3: 6-8 “Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te diga: Todos tienen que nacer de nuevo”. Por supuesto que en este pasaje hace referencia a la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas y así Jesús compara al Espíritu como al viento: “mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va”.

Atributos como persona

Es interesante resaltar sus atributos como persona, lo que hace que no solo lo veamos como algo que sale de Dios sino como una persona unida al Padre y al Hijo. Los tres forman un solo cuerpo. Uno puede preguntarse, ¿es esto posible? Veamos un ejemplo para tratar de entender esto: En muchos países existe algo que se llama “Gobierno” y en casi todos hay un poder Ejecutivo, uno Legislativo y uno Judicial. Ni el Ejecutivo solo es el Gobierno, ni el Legislativo solo lo es, ni el Judicial. Los tres al trabajar en conjunto producen la unidad, los tres son uno solo. El ejemplo nos puede ayudar a entender el concepto “Dios” si bien está lejos de abarcarlo. Veamos algunos de estos atributos del Espíritu Santo como persona:

Habla. 1 Timoteo 4:1 “Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios”.

Testifica. Juan 15:26 “Pero cuando venga el Defensor que yo voy a enviar departe del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él será mi testigo”. Romanos 8:16 “y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios”.

Se entristece. Efesios 4:30 “No hagan que se entristezca el Espíritu Santo de Dios, con el que ustedes han sido sellados para distinguirlos como propiedad de Dios el día en que él les dé la liberación definitiva”.

Características adicionales encontramos en 1 Corintios 12:11 (da), Juan 16:14 (glorifica), Juan 16:8 (convence), Hechos 16:6-7 (prohíbe), Romanos 8:26 (intercede), Hechos 2:4 (concede) y Hechos 15:28 (se agrada).

Su trabajo

El Espíritu Santo, eterno como el Padre y el Hijo, estaba en la Creación de este mundo: Génesis 1:2 “La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre el agua”. También participó en la encarnación de Jesús: Lucas 1:35 “El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios”. Y en su Redención: Romanos 8:11 “y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes”.

¿Quién es el Espíritu Santo?

Hay muchas cualidades que lo muestran claramente como una persona al igual que el Padre y el Hijo. Podemos decir que no es una fuerza o energía que sale de Dios como si tratara de algo menos que Dios mismo.  Vale la pena destacar que la Biblia lo muestra como Omnipresente (Salmo 139:7-9), Omnisciente (1 Corintios 2:10-11) e igual a Dios (Hechos 5:3-4).

Su manifestación simbólica en la Biblia la encontramos no solo como viento, sino como paloma, aceite, sello, agua, lluvia, luz y fuego. Él es garantía de las promesas de Dios como está escrito en 2 Corintios 1:22 “Nos ha marcado con su sello, y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como garantía de lo que vamos a recibir”.

Genera frutos de vida en los que creen: Gálatas 5:22-23 “En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley”.

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¿Necesitamos al Espíritu Santo?

En nuestro caminar cristiano, si reconocemos quién es el Espíritu Santo, nos ayudará a nacer de nuevo, nos restaurará, nos guiará, nos ayudará a llevar a Dios en nuestros corazones y quizás lo más importante, nos alentará para esforzarnos en la espera de Nuestro Señor Jesús quien vendrá con poder y gloria muy pronto por segunda vez. De ahí que entendamos que nuestros cuerpos son templo de su morada: 1 Corintios 6:19-20 “¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado”.

Su labor está en conducirnos a la verdad (Juan 16:13), convencernos de arrepentimiento (Juan 16:8) y guiarnos hacia Jesús (Juan 16:14).

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