Con este tema solemos hallar descanso porque encontramos los textos en la Biblia que nos enseñan como orar, a quién hacerlo, cuándo y por qué. ¿Qué es la oración y cómo se debe orar?

Pregúntese qué es orar. Cuando uno habla con un amigo cercano o un familiar querido le cuenta por lo general muchas cosas, algunas de ellas en detalle y le confiesa las emociones, las necesidades, los proyectos, etc. ¡Igual ocurre con Dios! Orar equivale a hablar con Él con la certeza de que nos está escuchando y que se interesa más que nadie por nuestras necesidades, afanes y dudas. Debe quedar claro que Él ya conoce todo lo nuestro, pero le interesa que lo busquemos, que dependamos de Él para nuestro bien y además le interesa escuchar también nuestro agradecimiento y nuestro arrepentimiento. ¡Eso es orar!

¿Qué nos aconseja Jesús para orar?

Deberíamos hacerlo en privado, si bien la oración en comunidad también es válida. Deberíamos orar con sencillez y simplicidad, con sinceridad de corazón:

Mateo 6:5-8. “Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago. Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público. Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles; que piensan que por su parlería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”.

Si nos hacemos conscientes de qué es la oración y cómo se debe orar, entonces tendremos la certeza de saber a quién le pedimos cuando oramos. Oramos siempre al Padre, Jesús toma nuestras peticiones como suyas y lo hace todo para la gloria de nuestro Padre:

Juan 14:12-14 “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará; porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”.

Juan 16:23-24 “Y aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”

Por eso es la costumbre cristiana de cerrar una oración diciendo “te lo pido/pedimos Padre en el nombre de Jesús”.

Aprender a orar en la forma como Jesús nos enseñó

Cada promesa contenida en la Palabra de Dios es un pretexto importante para orar. Se nos garantiza que la Palabra de Cristo está empeñada para poder recibir la bendición:

Mateo 7: 7-11 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, a quien si su hijo pidiere pan, le dará una piedra? ¿Y si le pidiere un pez, le dará una serpiente?  Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, dará buenas cosas a los que le piden?”,

Jeremías 33:3 “Clama a mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y dificultosas que tú no sabes”,

Jeremías 29:11-13 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, é iréis y oraréis a mí, y yo os oiré: Y me buscaréis y hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.

Jesús es el único intercesor entre los hombres y Dios: 1 Timoteo 2:5 “Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”.

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¿Hasta cuándo durará la oración?

Mientras vivamos…cuando hayamos resucitado y estemos en el cielo ya estaremos con Dios y no necesitaremos de la oración porque hablaremos directamente con El.

¿Y qué responde Dios? “No temas, que yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo: siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”, Isaías 41:10. “Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús”, Filipenses 4:6-7.

Es necesario creer en lo que se pide porque sin fe es imposible agradar a Dios:

Mateo 21:22 “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”.

Hebreos 11:6 “Empero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

No dudar en el corazón y perdonar en la oración: Marcos 11:22-25 “Y respondiendo Jesús, les dice: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, más creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá. Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone también a vosotros vuestras ofensas”

Es importante pedir conforme a su voluntad (la oración y cómo se debe orar):

“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que demandáremos, sabemos que tenemos las peticiones que le hubiéremos demandado”, 1 Juan 5:14-15.

Hay que saber pedir: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”, Santiago 4:3.

¿Sabe que hay una oración que no le gusta a Dios?

“El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable”, Proverbios 28:9.

Con todas estas citas y el desarrollo del contenido tenemos una mejor idea de qué es la oración y cómo se debe orar. Todo esto le ayudará en su oración en su relación personal con Dios. Recuérdelo, cuando ore, use sus propias palabras.

Puede complementar con la lectura relacionada con orar y perseverar.