Escribir sobre qué es la semana parece asunto de poca importancia, pero para muchos no lo es, sobre todo cuando se trata de discernir entre el concepto bíblico y el concepto científico.
¿Qué pasa con la semana? ¿Tiene origen científico el definirla como un período de siete días? Sabemos que la definición de “año” representa el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor del sol. El mes equivale al tiempo aproximado que tarda la luna es desarrollar sus ciclos de translación alrededor de la Tierra. El día es el tiempo que toma la Tierra para dar un giro en su propio eje. Hasta aquí nadie se atrevería a desmentir estos razonamientos. Pero ¿por qué la semana tiene siete días?
La semana en la creación
La Biblia en su comienzo nos muestra que la semana tiene su origen en la Creación. Un período de seis días que Dios usó para formar todo cuando existe y un séptimo que tomó para reposar y contemplar su obra (Génesis capítulo 1 y capítulo 2:1-4). Cuando ignoramos el razonamiento bíblico y comenzamos a buscar respuestas en la ciencia, surge la polémica porque ya no encontramos la contundencia de la verdad como sí existe al definir el concepto de año, mes o día.
Si se quiere encontrar una explicación inmediata fuera de la Biblia podría acudirse a Wikipedia y allí leeríamos que a manera de hipótesis, la semana de siete días debe su origen a una expresión casual aparecida como resultado de determinar períodos de tiempo basados en ciclos lunares, estaciones y avistamiento de planetas.
También pueden algunos decir que la semana de siete días no tiene fundamente en la creación bíblica porque en la Biblia se habla de simbolismos y cada día equivale a períodos largos de tiempo. Si se cree en la evolución esto tiene validez, pero si se acepta el creacionismo entonces comprendemos que lo que dice la Biblia es cierto porque no da posibilidad a períodos largos de tiempo. Allí se habla literalmente de la “tarde y la mañana” para cada día: Génesis capítulo 1 “Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche; y fue la tarde y la mañana un día…Y fue la tarde y la mañana el día tercero…” etc.
Una señal imborrable
Si queremos darle importancia a la parte espiritual, encontramos que en la semana Dios dejó una señal imborrable para manifestarse como creador de todo cuando existe, una señal en el tiempo que nadie por más que quiera puede eliminar. Si no fuera con este propósito, ¿de qué nos servirían las semanas? Podríamos vivir contando el tiempo de mes en mes y de año en año. Pero hay algo más: el tiempo semanal fue hecho para beneficio del hombre de tal manera que pueda mantener tiempos constantes de actividades regulados en seis días y finalizados por un tiempo especial de descanso. Para esto es el séptimo día.
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Infortunadamente este plan original de Dios el hombre lo ha trastornado al punto de querer cambiar el número de días por semana como ocurrió en la Revolución Francesa o eliminando la posibilidad de descansar. ¿Será que alguien puede decir que no es importante descansar o que hay algo mejor que este orden instaurado por alguien que nunca se equivoca?
¿Invento hebreo?
Ahora, si queremos pensar que la semana de 7 días es invento de los judíos, tengamos en cuenta que cuando quedó constituida la semana en la creación, Dios aún no había creado un pueblo especial separado para que lo representase en este mundo: el pueblo judío. Por lo tanto, la semana y el sábado fueron hechos para el hombre en general, y no solamente para el pueblo judío: Marcos 2:27-28 “También les dijo: El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado. Así que el Hijo del hombre es Señor aun del sábado”
Los calendarios de las demás naciones del Antiguo Oriente, aun cuando eran diferentes en relación con los meses y años, eran sin embargo idénticos en la división semanal. Esto nos muestra su origen especial.
En un principio la numeración y nombres de los días era: día primero, segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, descanso (el idioma portugués nos ayuda con esto). Las culturas paganas y posteriormente Constantino, en el siglo IV d.C., introdujeron el nombre para cada día según un astro celeste.
Finalicemos con esto: la semana y el matrimonio tienen su origen en la Creación de la vida en este planeta por parte de Dios. El matrimonio sigue vigente a pesar de las desviaciones que el hombre le ha impuesto. ¿Por qué la semana no habría también de estarlo?
Si para ti resulta más fácil creer en lo que puedes tocar, entonces tendrás un gran lío con este asunto porque solo a nivel científico o a nivel religioso podemos tomar una posición aceptando lo que dice uno u otro solo por fe, ya que ninguna de las dos posiciones a nivel humano puede demostrarse en un laboratorio.