La creación que narra el Génesis no fue una operación realizada sobre una materia preexistente. Creación de la nada y evolución a partir de una materia ya existente son dos conceptos irreconciliables y antagónicos en diversos aspectos.
“Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”, Hebreos 11:3.
La Creación, que no siempre podemos comprender, fue la manifestación del infinito poder y sabiduría de Dios. Tanto en este texto como en alguna declaración de Elena de White, a la obra creativa de Dios, no le precedió nada:
“La teoría de que Dios no creó la materia cuando sacó el mundo a la existencia no tiene fundamento. Al formar el mundo, Dios no se valió de materia preexistente. Por el contrario, todas las cosas, materiales o espirituales, comparecieron ante el Señor a la orden de su voz y fueron creadas para el propósito de él. Los cielos y todo su ejército, y todas las cosas que contienen, son no solo la obra de sus manos, sino que llegaron a la existencia por el aliento de su boca”.
Aspectos de la creación y su contraposición
1. El tiempo. Dios creó en seis días; la evolución necesita millones de años.
2. El instrumento. Dios creó con la palabra de su boca; la evolución a través de mutaciones y selección natural, es decir, muerte.
3. El propósito. Dios creó con un diseño, un plan, un propósito; la evolución lo deja todo al capricho del azar.
4. Los resultados. Dios se gozó de todo lo que había creado porque era bueno en gran manera; la evolución generó una mecánica de muerte e imperfección: la selección natural.
5. La creación del hombre. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza; en la evolución Dios tuvo que recurrir a un mono antropoide como eslabón previo a los homínidos.
6. La salvación o rescate del ser caído. Dios rescata al ser humano por medio de la cruz, mediante una intervención directa e histórica del Dios-hombre. En la evolución, el proceso de restauración del hombre se hace por medio del dominio y prevalencia de los más fuertes.
7. Cielos nuevos y tierra nueva. Dios procederá a la creación de cielos nuevos y tierra nueva (1 Cor. 15:52); en la evolución el proceso se debe realizar tras miles, millones de transformaciones intermedias.
Recuerda que si Dios tuvo poder para crear el universo también tiene poder para transformar tu vida.
Tomado de “Pero hay un Dios en los cielos”, Carlos Puyol.
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