El mensaje del tercer ángel

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Al mensaje del tercer ángel y los otros que se dan en Apocalipsis 14, debe dársele suma importancia en la etapa que estamos viviendo en la historia de este mundo. Nos encontramos a las puertas de esos acontecimientos vitales donde debe conocerse que los mensajes no son de condenación sino de salvación. Aquí hay una triple advertencia que sirve para preparar a los seres humanos para la segunda venida de Jesús.

El mensaje del tercer ángel debemos predicarlo al pie de la letra, por supuesto empezando con el mensaje del primero y luego el del segundo. Si aceptamos como verdad los dos primeros, este tercero será fácil de asimilar. Si los rechazamos, el tercer mensaje será como locura a nuestros oídos: 1 Corintios 1:18 La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

El mensaje del tercer ángel

Apocalipsis 14:9-12 Y un tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz:  “Si alguno adora a la bestia y a su imagen y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira… No tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre”.

El resultado de la aceptación de este mensaje está indicado en las palabras “Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (versículo 12). ¿Qué nos ha dado Dios para llevar al mundo, si no es “el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”? Los hombres adoran a la bestia y a su imagen, o bien adoran a Dios. No hay otra opción.

De acuerdo con la naturaleza del mensaje y del tiempo en que vivimos, al único que las personas pueden adorar es a “Aquel que hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”; o bien a la bestia y a su imagen. No existen posturas intermedias. Los tres mensajes son sencillamente un mensaje en tres etapas.

¿Qué significa para nosotros el mensaje del tercer ángel?

Este mensaje nos lleva al lugar santísimo del Santuario celestial donde Jesús intercede por nosotros. Cuando Cristo entró en el lugar santísimo del Santuario para realizar la obra de expiación, nos encomendó dar el último mensaje de misericordia para el mundo. Esta es la advertencia del mensaje del tercer ángel.

Tal como se predijo en Daniel 8:14 en lo relacionado con las 2.300 tardes y mañanas, el ministerio de Cristo en el lugar santísimo comenzó al final de los días proféticos en 1844. Aquí se aplican las palabras de Apocalipsis 11:19 “El templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo”. El arca del testamento de Dios está en el lugar santísimo del Santuario. Cuando Cristo entró allí, para oficiar en favor de los pecadores, el templo interior fue abierto, y el arca de Dios quedó a la vista.

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Dentro de esa arca sagrada está la ley. Ni un solo mandamiento se ha anulado. En el mismo centro del Decálogo está el cuarto mandamiento, tal como se proclamó en un principio: “Acuérdate del día sábado para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios”, Éxodo 20:8-11.

Por esto el ángel declara: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Esta declaración está precedida por una solemne y temible advertencia: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira”. Apocalipsis 14:9, 10.

El cuarto mandamiento

El cuarto mandamiento, que Roma ha tratado de poner a un lado, es el único precepto del Decálogo que señala a Dios como Creador de los cielos y la tierra, y por lo tanto distingue al verdadero Dios de los dioses falsos. El sábado se instituyó para conmemorar la obra de la Creación, y dirigir las mentes de los hombres al Dios vivo y verdadero.

El traslado del día de reposo del sábado al domingo es la señal o la marca de la autoridad de la Iglesia Romana. Los que, cuando comprenden los requerimientos del cuarto mandamiento deciden observar el falso día de reposo en lugar del verdadero, están de esa manera rindiendo homenaje al único poder que lo autoriza y así se recibe la marca de la bestia que señala el mensaje del tercer ángel.

Un solemne mensaje

La más temible amenaza jamás dirigida a los mortales está contenida en el mensaje del tercer ángel. Debe ser un pecado terrible el que acarrea la ira de Dios sin mezcla de misericordia. No se debe dejar en tinieblas a los hombres con respecto a este importante asunto; la amonestación contra tal pecado debe darse al mundo antes de la caída de los juicios de Dios, para que todos sepan por qué se los inflige y tengan la oportunidad de escapar de ellos.

Está llegando el momento en que todo el que se adhiera al mensaje del tercer ángel y al sábado del Señor, manteniéndose fiel, no podrá comprar o vender nada en este mundo. Por lo tanto, todo el que profese fidelidad al mensaje del tercer ángel, tiene ahora que decidir si va a seguir firme en contra de toda consideración relativa a la posesión y a la propiedad en este mundo.

Todo el que permanezca fiel al mensaje del tercer ángel deberá afrontarlo y lo hará al margen de toda consideración relativa al provecho, al dinero, a la propiedad o a cualquier cosa por el estilo, Apocalipsis 13:17: “…y que ninguno pudiera comprar ni vender, sino el que tuviera la marca o el nombre de la bestia o el número de su nombre” …. “Si alguno adora a la bestia y a su imagen y recibe la marca en su frente o en su mano” (14:9).

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