Desde que Adán y Eva pecaron, la gracia ha cobijado a la raza humana. Pero ¿qué es la gracia de Dios dada a los hombres? La gracia es lo que se nos da gratuitamente para que podamos ser salvos por medio de uno que ya murió en nuestro lugar. En Romanos 6:23 se escribe “Porque la paga del pecado es muerte; mas la gracia de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro”
Estamos bajo la gracia, siempre ha sido así. Por eso es que Adán y Eva también por fe, sacrificando corderos, aceptaron a Jesús, el que habría de venir después como sustituto de la muerte que les correspondía a ellos. ¡Por eso es que ellos fueron salvos por gracia!
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Algunos creen los personajes del Antiguo Testamento, los “Campeones de la Fe”, guardaban la Ley pretendiendo con esto alcanzar la salvación (un error muy cometido por el pueblo en la época de Jesús). Pero estos que así mal interpretan, ignoran pasajes como el de Gálatas 3:6 “Así también, Abraham creyó a Dios, y Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo”. La Biblia es clara: la obediencia de Abraham no fue la base para ser justificado sino su fe. No hizo las cosas para ser justificado; las hizo porque él ya había sido justificado. La justificación conduce a la obediencia, y no al revés. Es la fe y no las obras lo que permite acceder al perdón y a la justicia de Dios.
La gracia no es invención del Nuevo Testamento
La gracia de Dios dada a los hombres está presente en el Antiguo Testamento y se ratifica en el Nuevo. Me gustan mucho un par de pasajes: Romanos 3:31 “Entonces, ¿con la fe le quitamos el valor a la ley? ¡Claro que no! Más bien afirmamos el valor de la ley”. Romanos 6:1 “¿Pues qué diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia crezca? Por eso es que no entiendo por qué muchos aman vivir bajo la gracia, pero desprecian la Ley.
La humanidad siempre ha estado bajo la gracia. ¿En el Antiguo Testamento la gente se salvaba por la Ley? No, solo por la gracia. ¿Desde el Nuevo Testamento no tenemos que guardar la Ley? Tenemos que guardarla aún como se hacía en el pasado, pero quien nos salva es Cristo y su gracia. La mejor manera de entender el funcionamiento de la Ley es como lo describe Pablo en Romanos 4:4 “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda” es decir que nuestras obras deben ser respuestas a lo que hizo Jesús en la cruz por nosotros mas no una manera de alcanzar la salvación.
Lo que Dios da a la humanidad
Muchas iglesias cristianas toman el camino ancho y cómodo evitando mirar la Ley Moral que está escrita en Exodo 20. Si les dices que debes guardar los Mandamiento allí escritos, es muy fácil que te contesten que la “Ley fue clavada en la cruz” y por eso como tal no tiene validez porque está escrito en Colosenses 2:14 “Dios anuló el documento de deuda que había contra nosotros y que nos obligaba; lo eliminó clavándolo en la cruz”. Esto equivale a decir que el pecado ya no existe porque 1 Juan 3:4 nos dice “el pecado es transgresión de la Ley”. Luego si no existe la Ley no hay nada que transgredir y por tanto la definición de pecado o infracción es nula.
Si matar o robar o cometer adulterio o adorar imágenes o deshonrar a los padres no es pecado, entonces creo que estamos adorando al dios equivocado. Si las personas estudiaran con oración la Biblia y si estuvieran deseosas de dejarse guiar evitando creer solo por la tradición, porque otros así lo dicen, tendrían más luz espiritual en sus vidas y entenderían que la cita de Pablo de Colosenses 2, hace referencia a la Ley de Moisés, que enmarcaba una serie de normas dadas por Dios a su pueblo, las cuales ayudaban a su comportamiento social y que prefiguraban la venida de su Salvador.
La evidencia de que no podemos “abolir la Ley”
Algunos aducen que lo que realmente están abolidos son los sábados: Colosenses 2:16 “Por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o en parte de día de fiesta, o de nueva luna, o de sábados”. Por eso es que, según ellos, ya no se debe guardar el sábado como día se reposo. Con otro poco de estudio no es difícil de entender que la alusión de Pablo en este pasaje es a las fiestas hebreas de la misma Ley Mosaica, sábados ceremoniales expresados en Levítico 23. Sábado equivale a descanso o como diríamos hoy “día festivo” y el Señor dejó en claro que había que guardar otros dentro de la Ley Mosaica diferentes a su Sábado de reposo semanal, el séptimo día de la semana.
Ante esto el Señor no nos deja a oscuras y por eso deja consignado en Levítico 23: 37-38 la diferenciación entre su día santo y los demás festivos: “Estas son las fiestas del SEÑOR, a las que convocaréis; santas convocaciones, para ofrecer ofrenda encendida al SEÑOR, holocausto y presente, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo; además de los sábados del SEÑOR…”.
Vale la pena decir que una de las luchas más fuertes de Pablo en su trato con judíos y gentiles, fue la de quitar cargas e imposiciones que habían perdido su validez con la muerte de Cristo en la cruz.
¿Me siento salvo por la gracia de Dios dada a los hombres?
¡Seguro que sí! Pero no por ello voy a dejar de cumplir la Ley. Es más, gracias a lo que Cristo padeció en la cruz, por mi culpa por transgredir la Ley, más anhelos tengo de guardar su Mandamientos porque eso es prueba de mi amor hacia Él.
Como quedó escrito en Juan 14:15 “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos”. Y no solo uno o dos de los 10 que están en el decálogo. Es más, puedo guardar nueve, pero si dejo de guardar uno me hago culpable de toda la transgresión:
Santiago 2:10 “Porque si una persona obedece toda la ley, pero falla en un solo mandato, resulta culpable frente a todos los mandatos de la ley”. Así que no me voy a perder la gracia por fallarle a Dios en el cumplimiento de su Santa Ley. Vivo bajo la gracia de Dios dada a los hombres pero guardo su Ley no buscando ser justificado por esto sino como respuesta a lo que Él me dio primero.
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